Hay una costumbre muy arraigada en muchas partes del mundo a fin de año: Pedir deseos o tomar decisiones para el año siguiente, incluso hay «rituales» asociados a ello como por ejemplo el de comerse 12 uvas cuando están sonando las doce campanadas del 31 de diciembre y por cada uva pedir un deseo. No puedo mentir y debo reconocer que yo también he comido doce uvas en la última noche del año y también que varios de los deseos o «decisiones» tomadas no los he cumplido después.

No obstante lo anterior, si puedo decir que han sido muchos más los deseos o decisiones tomadas que he cumplido que aquellos que no. Me siento muy feliz de lo que he podido lograr en estos años en las cuatro dimensiones de la riqueza (SER, HACER, TENER, DAR) y la mayor parte de mis sueños hasta ahora los he podido cumplir… es por eso que siento que puedo escribir sobre lo que le pasa a la mayoría de personas con esas mal llamadas «decisiones» que toman a final de año.

He escrito en comillas la palabra decisiones porque lo que la mayoría de la gente hace no se pueden llamar DECISIONES, podemos llamarlos deseos, intenciones, pero nada más. Una DECISIÓN es un compromiso total por lograr algo, es la firme convicción de hacer lo necesario para lograr lo que se desea, es enfocarse de manera irrestricta en cumplir la meta propuesta, es «quemar las naves» y obligarnos a tomar un sólo camino: El de lograr lo que nos propusimos.

Todos tienen sueños pero muy pocos realmente toman las verdaderas decisiones que se requieren para lograrlos y por ello en algún momento de sus vidas se terminan volviendo frustraciones y añoranzas inalcanzables que aceptan con cierta resignación. Para este fin de año quiero que por favor te preguntes cuantas veces has decidido cosas que deseas lograr para el año siguiente (desde las más frecuentes como: bajar de peso, dejar de fumar, aprender ingles, etc. Hasta las más complejas como: Ir a dar la vuelta al mundo, montar mi propia empresa, etc) y al cabo del primer mes del año ya las has dejado de lado y has perdido la motivación por lograrlas.

Mi pregunta en este momento es: ¿Quieres cambiar esa tendencia?, ¿Quieres que en 2017 si se cumplan tus metas? ten en cuenta que lo que realmente nos cambia la vida no es lo que hacemos de vez en cuando, sino aquello que hacemos de manera consistente. Lo peor es que la gente que no toma decisiones para cambiar su vida ya TOMÓ la peor DECISIÓN: La de dejarse llevar por las circunstancias en vez de dirigir su propio destino.

Algo de lo que he aprendido de mis maestros y especialmente de Tony Robbins sobre las decisiones para cambiar tu vida, lo podría resumir en estos pasos:

1. Define lo que realmente deseas de forma motivadora e inspiradora. Debe ser algo totalmente concreto, medible, específico para nada debe ser algo etéreo, genérico y poco medible. Ej: Deseo verme y sentirme mucho mejor, más joven y vital y para ello quiero comer de manera sana y balanceada haciendo más ejercicio para bajar al menos 3 kilos cada mes, durante los próximos 3 meses y luego mantenerme así. es mu y diferente a que digas: Quiero bajar de peso
2. Toma la DECISIÓN de ir por ello. Es decir, «quema las naves» y ello significa que grabes en tu mente y en tu cuerpo que vas a lograr lo que definiste aun cuando ello signifique renunciar a otras cosas o asumir nuevos hábitos PERO SOBRE TODO, que no haya plan B o C… sólo hay una alternativa posible: LOGRARLO!
3. ENFÓCATE en ello. Sólo cuando tu energía se concentra en tu meta es cuando realmente empiezas a descubrir todos los caminos posibles para lograrla.

¿Cuáles decisiones vas a tomar para 2017 y que pueden cambiar tu vida?

Si alguien te hubiera preguntado ¿Dónde estarás en 10 años? ¿Qué hubieras contestado?… ¿Estás hoy donde hace 10 años deseabas estar?, si me preguntan a mi, la respuesta es un contundente SÍ, y tu respuesta ¿cuál es?

Quizás debieras preguntarte ¿Cómo voy a vivir mis próximos 10 años de vida para estar donde me sueño estar al cabo de ese tiempo?

César Suárez U